La importancia de “No hacer Nada”
Este siglo se ha caracterizado por concebir al mundo como uno lleno de posibilidades, en las que todos hemos nacido teniendo más oportunidades que nuestros padres y abuelos: de educación, de trabajo, de acceso a préstamos y créditos, de socializar y contactar a personas en todo el mundo, de viajar a otros países y ciudades, entre muchas otras. Tener más oportunidades, no sólo ha aumentado nuestras opciones para responder a las situaciones que vivimos en el día a día, sino que también nos ha permitido utilizar nuestro tiempo en muchas más actividades de las que anteriormente se habituaba.
Sin embargo, esto ha comenzado a percibirse como que “el tiempo no nos alcanza para hacerlo todo” o que “tenemos demasiado que hacer como para no hacer nada” o estar “ociosas(os)”, casi al punto de cuestionarnos: ¿cómo hacían nuestros padres para criarnos, trabajar, estudiar, mantener la casa y las finanzas al día, mientras construían un hogar y/o patrimonio, y tenían una vida social/familiar activa, y todo simultáneamente? Desde este punto de vista, ¡sí que parecen superhéroes o superhumanos!
Ahora, la pregunta es: ¿cómo puedo hacer yo para poder vivir mi vida y que sea igualmente “exitosa” o “aún mejor” sin llegar a padecer ansiedad, depresión o burnout en el intento? ¡Fácil! La clave está en el DESCANSO.
El descanso no se obtiene sólo durmiendo las horas necesarias para mi cuerpo y cuidando mis hábitos del sueño, sino que también me implica DISPERSARME CONSTANTEMENTE y NO HACER ABSOLUTAMENTE NADA por un período de tiempo.
Mejor explicado sería así: el sistema nervioso de nuestro cuerpo codifica este mensaje de tener que trabajar, hacer, atender, cuidar, resolver, responder mensajes, etc., como “MANTENTE ALERTA Y ACTIVA(O)”. Ahora, te pregunto: ¿qué pasa cuando dejas un aparato electrónico permanentemente prendido y en funcionamiento?… Eventualmente se agotará o colapsará por algún cortocircuito, se quemarán internamente sus circuitos o generarán cortes de energía o daños en sus partes que le impedirán funcionar óptimamente.
Nuestro sistema nervioso no es muy diferente: sostener la “energía activa” y el “estado de alerta” en modo ON permanentemente también nos puede generar “cortocircuitos” que, al corto o mediano plazo, se expresan en síntomas como: hipervigilancia, insomnio, sueños ligeros y no reparadores, despertar sin energía, fatiga crónica, irritabilidad, hipersensibilidad (quizás reaccionar más intensamente de lo necesario), falta de concentración, problemas en la memoria, acumulación de estrés, y más; afectando así nuestra salud mental.
Moraleja: ¡definitivamente, necesitamos desconectar nuestro sistema nervioso con frecuencia!
Imagino que con esto ya puedes reconocer la importancia que tiene el descanso en nuestra vida, así que, para ayudar a nuestro cuerpo a estar en equilibrio es más que suficiente desarrollar el hábito de pasar entre 30 y 60 minutos diarios sin hacer nada, para descansar.
Aquí te dejo unos tips que pueden ayudarte a NO HACER NADA:
EVITA PANTALLAS DIGITALES:
Las pantallas de celulares, tablets, consolas de videojuego, computadores y TVs emiten un tipo de luz que activa nuestro cerebro a través de la visión; además, le impone la tarea de “consumir” información, es decir, mantenerse alerta para procesarla (tampoco sirve poner música o podcasts de fondo)
ESCRIBE UNA LISTA CON TUS PENDIENTES:
Siempre tendremos cosas pendientes, así que puede ser necesario que te prepares para tomar este espacio de dispersión; deja anotado todo lo que tengas que hacer para que puedas retomarlo después y no quedarte pensando en ello.
MEDITA O RESPIRA CONSCIENTEMENTE:
Este hábito nos permite conectarnos con nuestro cuerpo en el momento presente, aquí y ahora, ayudándonos a reconocer qué tipo de sensaciones estamos experimentando y, además, a identificar si tenemos alguna necesidad no atendida.
CAMINA DESCALZA(O) O RECUÉSTATE EN EL CÉSPED Y RODÉATE DE NATURALEZA:
Contemplar un amanecer, atardecer, cielo estrellado o cualquier paisaje que nos llame la atención nos ayuda también a conectar con el presente; además, espacios con plantas ayudan a purificar más el aire y así, oxigenar mejor nuestro cuerpo (esto puede inducir una sensación de tranquilidad y relajación muscular).
EVITA TODO TIPO DE ACTIVIDADES (FÍSICAS Y MENTALES):
Conversar sobre un tema con alguien, poner el cuerpo en movimiento (actividades físicas, sexualidad, etc.), jugar juegos de mesa (o cualquier otro), todo lo que implique “hacer una tarea” es darle trabajo al sistema nervioso; prueba a sentarte o acostarte en absoluto silencio y sólo ver el techo, manteniendo una respiración consciente.
SI TE ABURRES, ¡LO HICISTE GENIAL! Considera el objetivo logrado.
¡Pruébalo y cuéntanos tu experiencia en los comentarios!
Fernando
Buen artículo y recomendación hija bella!!
Lo pondré en práctica!
Gracias!
Un beso.